“Agenda”, 365, (1 de enero de 2015)
Buenas noches. Usted ha sintonizado
“Agenda” y lo estaremos acompañando hasta la Trasnoche. La
temperatura es agradable y en rigor de verdad no es la noche, sino el
atardecer profundo, teñido de fucsia en los techos de Dios y
descerajando penumbras sobre nosotros.
Hoy comenzó el 2015 y espero que lo
hayan empezado bien. Pero basta de banalidades: empecemos con todo
esto. Está conmigo MJO, que nos ayudará con el resumen del día.
Siempre es un gusto, ¡y feliz año!
<<Gracias GB, feliz año para
todos. No hay mucho que decir en este resumen. El nuevo año empezó
con el pie izquierdo, 35 muertos y decenas de heridos en una
estampida de celebración en Shangai...
¿Alguien sabe por qué se estaba
celebrando el año nuevo en Shangai? Yo creía que en China se
celebraba en otra fecha...
<<... no lo sé, si alguno lo
sabe puede escribirnos. Por fuera de esta noticia que elegimos por su
componente pintoresco, dado que ocurrió en los estertores del 2014
de aquellos que en otras latitudes deseaban un buen comienzo de año,
no hay mucho más que decir. Excepto una observación, y es que
parece que estuviéramos regresando al “derecho de pernada”. Este
tipo de cosas aguijonean la conciencia...
Sí... ¿qué más tenemos?
<<... bueno, por ser comienzo de
temporada no hay mucho que agregar con respecto a todas aquellas
tareas que se desprenden de lo anterior. Ni siquiera hubo diarios.
Algunos están practicando inglés y leyendo “El origen de la
tragedia”, pero no se sienten mejor.
No pueden con la angustia...
<<... parece que los desbordara.
Conocí en las fiestas de año nuevo a un personaje muy curioso.
Tomaba mucho, pero era demasiado joven para estar tan atormentado
consigo mismo. Lo que descubrí es que se sentía viejo, y que no
importaba por tanto adonde se escapara. ¿Conocen el caso de ese
pintoresco asesino que podía escapar a los Estados Unidos y no lo
hacía bajo la certeza de que seguiría sufriendo? Esa analogía se
me ocurrió entonces. Si me permiten la disgresión, con la lucidez y
fuerzas que le quedaban, ese hombre me cortejó. “Nevermind”: el
asunto es que no había playa, montaña, ni lugar de la galaxia que
pudiera salvarlo....
Interesante historia, MJO. No perdés
atractivo. Pero nos estamos dispersando...
<<... ¡Usted me sonroja, GB!
(risas)... sí se enlaza con el terrible problema de la angustia
universal, que abate con toda su furia en el año nuevo.
Mmm, yo no estoy tan seguro de eso. En
fin, ¿qué más tenemos?
<<Volviendo sobre el sujeto
aludido, las masas buscaron los medios para pasar las celebraciones
de año nuevo lo menos triste posible. Pero esto es como un tormento
griego: el alivio del alcohol regresa bajo la terrible forma de la
resaca, y esa angustia de la que no se puede escapar simplemente se
potencia.
Pero hay que tratar de contenerla. Si
no no habrá porvenir, y el “derecho de pernada” regresará
inclusive a los códigos legales. Ya saben ustedes que los
columnistas de La Nación y Página 12 han asegurado que el 80% de
los jueces están manejados por los servicios de inteligencia del
Estado...
<< Por mi parte, GB, me he
sentido un poco más aliviada con mi copa de champagne y con el
recuerdo de ustedes, mis grandes compañeros...
¡Conmovedor! Ya brindaremos aquí
también. Miren la heladera que trajo la producción al estudio...
ahora que los hashtags están de moda, propongo que nos escriban bajo
la consigna #contametucondena o #decimetufracaso. Todo lo tuyo, MJO,
me ha hundido en una mezcla de autocompasión y de amor por la
humanidad. Mi año nuevo tampoco fue el mejor, pero tenemos que
seguir. No podemos dejar que al mundo terminen de pulverizarlo los
Bush y todos aquellos que discuten ahora si las torturas que aplica
la CIA se justifican en nombre de un 'fin' que sería la 'seguridad'.
Con sus atrocidades (el 'ataúd' en vez de la guillotina), y con la
calidad de sus debates, parecen haber devuelto a la humanidad a los
prolegómenos de la Revolución Francesa.
Y para colmo de males, me topé con mi
propia mediocridad. En fin, lo del hashtag va en serio. Escriban. Un
corte y volvemos con el fútbol, lúdico y merecido escape.